jueves, 22 de octubre de 2015

Fiebre y antitérmicos en pediatria

La fiebre es un signo muy frecuente en pediatría. Durante el otoño e invierno habitualmente los procesos febriles son la causa más frecuente por la que los pacientes pediátricos, sobre todo los menores de 3-4 años, acuden al pediatra de Atención Primaria o a los Servicios de Urgencias . Muchos niños en edad preescolar tienen varios episodios febriles al año, la mayoría de origen respiratorio o digestivo. Suelen ser procesos benignos producidos por infecciones víricas y no precisan más tratamiento que el sintomático (tratar el malestar que suele originar la fiebre). 

La fiebre no es una enfermedad sino un mecanismo de defensa del organismo para combatir las infecciones. Su aparición indica que el niño está luchando contra la infección y sus defensas están actuando correctamente. No es importante que el niño tenga fiebre sino cual es la causa de la fiebre. La fiebre por si misma no origina nada más que malestar en algunos casos. Está muy difundida entre la población, sanitaria y no sanitaria, el concepto de fiebrefobia, algo que se debería evitar porque son mayores los beneficios que los perjuicios de tener fiebre y los antitérmicos no son inocuos. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) elaboró un decálogo de la fiebre donde explica con gran precisión todo esto. Además de esta, existe información para padres muy bien elaborada por la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría. Las familias se fijan en lo que hacemos los sanitarios y si nos obsesionamos con bajar la fiebre como sea, las familias harán lo mismo con sus hijos.

Los fármacos antitérmicos habituales son paracetamol e ibuprofeno. Las recomendaciones más precisas indican utilizarlos de forma aislada y no combinarlos ya que no existen pruebas suficientes que avalen su uso combinado. La combinación o alternancia de antitérmicos no mejora habitualmente el estado del niño y aumenta los efectos adversos de esos fármacos. Realmente conociendo la causa de la fiebre no importa tanto la temperatura que tenga el niño y lo que debemos tratar son síntomas y no mediciones aisladas de temperatura. Hay niños que apenas tienen fiebre pero el proceso febril les origina mucho malestar y debemos tratarlo. Por el contrario otros niños con fiebre alta están casi asintomáticos y bajar por bajar esa temperatura no es adecuado. Si deseas conocer más información acerca de la fiebre en niños lee el decálogo de la AEPap


No hay comentarios:

Publicar un comentario