¿Debemos utilizar antitusígenos en Pediatría?
Uno de los síntomas habituales en pacientes pediátricos durante los meses de otoño e invierno es la tos. Las infecciones respiratorias agudas, sobre todo en lactantes y niños en edad preescolar, suelen cursar con tos.
El fármaco más utilizado para el tratamiento de la tos en pacientes pediátricos es el dextrometorfano; también se suelen utilizar antihistamínicos como la cloperastina y en ocasiones codeína, aunque en algunos países está prohibida en pacientes pediátricos. En España la codeína tiene limitaciones de uso desde 2015: está contraindicada en menores de 12 años y no indicada en pacientes de 12 a 18 años que presenten disfunción respiratoria.
En un estudio realizado en el País Vasco y que puede ser reflejo de lo que sucede en Atención Primaria, se concluye que más de un 30% de los pediatras utilizan antitusígenos a menudo.
Lo primero que debemos considerar ante un tratamiento es la necesidad del mismo. La tos es un mecanismo de defensa del tracto respiratorio y por eso suprimirla no parece al menos inicialmente buena idea. Además los fármacos citados anteriormente para tratarla no están exentos de efectos secundarios. Así el dextrometorfano actúa sobre el sistema nervioso central y a dosis altas tiene un efecto disociativo similar al de la ketamina. Por ello en algunos paises está prohibido su uso en menores de 18 años. La cloperastina es un antihistamínico con efectos colaterales antitusígenos, pero apenas hay trabajos que avalen su uso en pediatría. Algo parecido pasa con la codeína, que inhibe la tos por sus efectos a nivel del sistema nervioso central, pero que asocia posibles efectos secundarios que pueden llegar a ser fatales en algunas circunstancias. Una magnífica revisión del uso de antitusígenos la tienes aquí.
Por eso si los fármacos antitusígenos apenas son útiles, si la mejoría que presentan los pacientes con ellos se debe fundamentalmente a un efecto placebo y estos fármacos no están exentos de efectos secundarios, no deberían usarse habitualmente y sobre todo en menores de 6 años. Para ello la Asociación de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) elaboró hace unos años el "Decálogo de la tos" en el que recuerda que la tos es un mecanismo de defensa ante las infecciones respiratorias y que los fármacos antitusígenos pueden empeorar muchas enfermedades que cursan con tos. Por ello no se deben utilizar habitualmente y están contraindicados si el niño presenta (como ocurre muchas veces) dificultad respiratoria o al menos si su respiración no es normal.
Como en otras circunstancias en Pediatría, muchas veces es mejor no prescribir nada. Una adecuada explicación a los padres y alertar sobre como poder detectar un empeoramiento del cuadro clínico es lo más adecuado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario