El Triángulo de Evaluación Pediátrica
Cuando nos encontramos frente a un paciente pediátrico y sobre todo en urgencias, es importante una primera evaluación rápida que nos informe de su estado y de si precisa una estabilización inmediata. Luego con la historia y con la exploración física, trataremos de realizar el diagnóstico de lo que le ocurre. Esto lo podemos hacer a través de una simple inspección y sin tocar al niño, con el Triángulo de Evaluación Pediátrica (TEP). La gravedad del paciente es mayor en función de cuantos lados del triángulo tenga anormales.
En primer lugar evaluamos la Apariencia, que nos indica como está el Sistema Nervioso Central del paciente. Nos fijamos fundamentalmente en:
* La mirada
* El lenguaje o llanto
* El tono muscular
* La interacción con el medio
Si los puntos anteriores son normales, la Apariencia es normal.
A continuación evaluamos la Respiración y dentro de esta, "qué oímos" y "qué vemos".
* "Qué oímos": ronquido ó voz gangosa (obstrucción respiratoria alta), estridor (afectación laríngea), sibilancias (afectación de bronquiolos) o quejido (afectación alveolar)
* "Qué vemos": postura de olfateo o trípode para aumentar la entrada de aire al tracto respiratorio, frecuencia respiratoria alterada (adaptarla a la edad) por exceso (taquipnea) o defecto (bradipnea), otros signos de dificultad respiratoria (aleteo nasal, tiraje, etc)
Por último nos fijamos en la Circulación de la piel, que mide la perfusión sanguínea. Cuando el gasto cardíaco es inadecuado se distribuye el flujo sanguíneo a organos importantes y disminuye en la periferia. Por eso nos podemos encontrar:
* una piel pálida
* una piel moteada
* una piel cianótica
Una vez evaluados los tres lados del Triángulo de Evaluación Pediátrica (TEP) nos encontraremos alguna de las siguientes situaciones:
Después de analizar el TEP, si este es normal o estable, procederemos a realizar la historia clínica y exploración del paciente. Si el TEP está alterado en alguno de sus lados, realizaremos el ABCDE y tras ello la estabilización que precise el paciente. A continuación se realizará la historia clínica y exploración para llegar al diagnóstico.
Utilizando herramientas como el TEP, unificamos la primera impresión que nos dan nuestros pacientes y con ello mejora la evaluación inicial.
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